Hace tiempo
que estoy nadando, tratando de absorber todo lo de mí alrededor como si pudiese
llenar aquel vacío.
Anteriormente,
con suerte, solo lo hacia 1 o 2 veces al mes. Ahora son 2 o 3 veces a la
semana. Se que no tiene sentido, para que seguir nadando hacia allí, a un lugar
en donde nada podría salir bien.
Después de
meses de ponerlo en práctica, he comprendido que aquel acto de absorber el mar
por el que nadaba nunca llenaría aquel vacío. He perdido la conciencia, solo
por minutos, pero lo he hecho y aun así, sigo con el mismo plan, sabiendo que
no es bueno y que podría terminar peor. Tratando de llenar, olvidar, borrar,
sigo con el plan.
He
intentado otros, no creas que aquel fue el primero; pero es el que mas
funciona. Aunque este mismo al llegar al extremo máximo pierde su efecto y deja
todo a su esplendor sin poder contenerlo.
Ya lo
sabes, soy un loco. He cambiado mi rumbo de forma drástica, como cada tantos
años lo hago. He desaparecido de todo aquello que me rodea, pero como bien
sabes, puedo volver cuando quisiese y triunfante, como si nada hubiese
ocurrido. Con mi mayor sonrisa, mi mirada desafiante y mi postura firme.
Si algo he
aprendido mi querido amigo, es que el orgullo es lo último que se pierde. Y
lamento informarte que a mi aun me quedan grandes cantidades.
Podré
ahogarme, desmoronarme, tener mis picos de locura, pero aun después de todo veras que sigo siendo yo. Aun después de las
mil y una, veras que sigo estando ahí. Solo debes ver mas allá de todo, dejar
de leer por arriba, quitar esos sentimientos nublosos; recordar mis actos, mi
ser y lo que has visto al principio. Eso soy, lo más simple y tonto que puedas
creer, nada más que eso.
Mi amigo,
puedo ver que tu no estas bien y tu puedes ver en esta pequeña carta que yo
tampoco lo estoy. Si bien sabes que estoy mal, el verte a ti en un estado
similar me pone aun peor. Pero aun así sigo luchando, aunque no quiero los
recuerdos me alcanzan y por las noches surgen los sueños de un futuro
imposible.
Lo que me
queda por decirte es que sigas luchando, así como lo hago yo. A la lejanía,
ambos estaremos luchando, negándonos lo más preciado, convenciéndonos que es lo
mejor y creyendo que el disgusto pronto acaba.
Ambos
sabemos que es mentira, pero debemos resistir.
Simplemente
aguanta, todo tarde o temprano pasa.